Los plasmones, guiados por el grafeno, pueden ser limitados a escalas de onda de nanómetros, hasta 200 veces más pequeñas que la longitud de onda de la luz. Sin embargo, un importante obstáculo presente hasta ahora era la rápida pérdida de energía que estos plasmones experimentaban, limitando así el rango en el que podían viajar.
Este problema se ha resuelto, tal y como lo demuestran los investigadores del ICFO (Barcelona), CIC nanoGUNE (San Sebastían) y CNR/Scuola Normale Superiore (Pisa) –todos miembros del EU Graphene Flagship–, y las universidades estadounidenses de Columbia y Misuri.
Observación y simulación de la propagación de plasmones en una heteroestructura de nitruro de boro. / ICFO et al. |
Según sus autores, estos descubrimientos abren el camino para circuitos ópticos extremadamente miniaturizados y dispositivos que puedan ser útiles para la detección biológica, el procesado de información o la comunicación de datos.
FUENTE: ICFO