Un hallazgo que les llevó a concluir que, bajo determinadas condiciones, los hilos suficientemente largos y finos pueden doblarse hasta que sus dos extremos se encuentren y se cierre el círculo. Los nanoanillos fabricados tienen un diámetro de entre 14 y 60 micras, aunque existe un valor óptimo que permite obtener la mayor conductividad y transparencia.
Nanoanillo de plata observado al microscopio electrónico de barrido. Foto: ITMA |
Actualmente, el material más utilizado para fabricar materiales conductores y transparentes es el óxido de estaño e indio, conocido como ITO por sus siglas en inglés. Pero no sólo es un inconveniente el hecho de que el indio sea escaso, sino que además, el proceso de fabricación del ITO es costoso y no se puede utilizar para dispositivos que sean flexibles.
Tal y como indican los investigadores del ITMA, al ser estructuras cerradas, los nanoanillos tienen una ventaja frente a los nanohilos, y es que la superficie que encierra cada círculo tiene su conductividad eléctrica asegurada, y puesto que nada obstruye el paso de luz, permiten alcanzar una mayor transparencia que en los materiales tratados con nanohilos.
Ambos tipos de nanoestructuras podrían aplicarse a la fabricación de pantallas de teléfonos y dispositivos móviles con mayor nivel de transparencia y menor consumo de batería, incluso en dispositivos flexibles. También permitirían mejorar el rendimiento de las actuales células fotovoltaicas.
Otra posible aplicación de los nanohilos de plata son los espejos de alta reflectividad, utilizados en satélites y generación de energía termosolar.
Ahora, y tras haber registrado la patente tanto de la nueva estructura nanométrica como del método para obtenerla, los investigadores se han volcado en sistematizar la síntesis de estos nuevos nanomateriales.
FUENTE: FICYT