En el 2020 habrá más de 50.000 millones de objetos conectados a la web. / Technologies |
La multinacional IBM lanzó a comienzos de la década pasada un concepto al que denominó pervasive computing o informática ubicua, que definió como tecnologías de computación que desaparecen embebidas en cualquier objeto. Esta idea que en el año 2000 podía sonar a ciencia ficción es hoy una realidad alrededor de la cual se está creando un nuevo negocio con posibilidades aún por explorar.
En los últimos años se ha disparado el número de personas conectadas a internet hasta alcanzar los 2.500 millones en todo el mundo. El mayor incremento se produjo con la generalización de los teléfonos inteligentes dotados de conexión. Ahora nos adentramos en una nueva revolución, en la que todo lo que nos rodea, desde un viñedo a una carretera, un edificio, un cuadro o una lámpara, pueden estar conectados a la web.
En Santander un total de 1.000 sensores de la empresa zaragozana Libelium están siendo enterrados bajo el asfalto e instalados en farolas para suministrar datos sobre el tráfico, condiciones atmosféricas y contaminación. Una granja en Essex (Reino Unido) ha empezado a conectar a sus vacas a internet con etiquetas de radiofrecuencia para monitorizar el comportamiento de la manada y esto solo es el principio.
El problema como siempre, es que esta tecnología tiene un enorme potencial, pero también tiene un lado oscuro, se puede utilizar para espiarnos y controlarnos. ¿Estamos dispuestos a pagar ese precio?
Fuente: SINC